jueves, 15 de noviembre de 2007

tardes de maravilha al sol

(luego de poner play, comiencen a a leer)



verano
calor
mucho calor
tarde de verano y mucho sol
humedad y calor

estoy una tarde de febrero sentada en el patio trasero de una casa al interior del estado de Sao Paulo.

estoy sentada sobre un tablón que hace de banco sobre unos ladrillos rojos.

el calor me invade y no me deja hacer mucho más que estar sentada ahí mirando la tarde pasar...

es un calor que envuelve y hace parar el tiempo, es tiempo pausado de ciudad chica...
se siente silencio, se sienten los perros que ladran a un par de cuadras, se siente la vecina que sale a colgar la ropa en su patio trasero.
se siente un auto pasar, en mucho rato no pasarán más autos.

suena el filtro de la piscina que está enfrente de nosotros, bueno en la casa de atrás, pero nosotros en el patio trasero, vemos el reflejo del agua de la piscina en nuestra frente, es un reflejo en el techo de la casa del vecino.



me gusta la sensación de calor y humedad, me gusta el poder estar sentada en un banco con ese calor y esa humedad, sin tener nada que hacer, sólo dejar el tiempo pasar.

es tensión y relajo, es amor odio por ese agotador calor...
es amor odio porque ese calor me deja casi inerte y me da rabia el no tener ganas de hacer nada más, de sentir que soy incapaz de hacer nada más...
pero también es amor, porque disfruto tardes así con alguien que quiero, tardes intensas, íntimas, y a la vez sencillas...
porque soy feliz con quien dusfrute una manguera, porque no me hace má feliz que una piscina, porque soy feliz con las cosas sencillas
y me gustaría que más personas entraran en mi juego y disfrutaran una tarde conmigo manguereándonos


en la radio pongo el cd de jorge ben jor, y suenan sus melodías, que todas me hacen viajar...
viajo y soy feliz en esta suspensión temporal, en donde no debo hacer nada más que pasar el tiempo, reír, soñar y amar

suenan y yo sentada ahí en ese banco en el patio trasero, donde casi todo es cemento
excepto por unas plantas que crecen indomables
salvajes
en un rectángulo de tierra que alguna vez será jardín, ese rectángulo que fue cemento, y que con nuestras manos de dimos aire a la tierra para que consiguiera respirar

y entre las grietas del cemento del patio trasero, crecen flores, flores que se abren y cierran según la luz del sol

estoy sentada con una jarra con agua, hielo y limones trozados

pesco la jarra y le pongo agua al recipiente que tiene el mate, mate helado, como los paraguayos...

es que en zona de campos, con este calor, zona de interior, no hay como tomar mate helado con hielo y limón.

a falta de piscina, porque al vecino no lo conozco, me manguereo.
me manguereo al sol, al calor, y el agua sale un poco tibia por la manguera, y poco a poco se enfría, y me mojo y nos mojamos con la manguera. y me río, y mientras em atacan con una chorro de manguera, siento que el calor que odio y me quita energías, ahora me hace vivir... y es por eso que es amor odio

la perra huye del agua, pero igual le llega.

me siento esta vez en una silla plástica de las blancas de jardín, y me seco al sol, y sigo escuchando jorge ben jor, y sigo tomando mate gelado

y me vuelvo a manguerear
y me vuelvo a secar
y vuelvo a tomar mate
y me manguereo
y me seco
y escucho jorge ben jor

y de repente el sol ya no calienta más el cemento del patio trasero

sin darme cuenta, la tarde acabó
.
.
.
me seco, se acaba el juego, baja el calor...

estos día me hice un mate helado
y aunque estaba rico, no fue lo mismo
y he estado escuchando jorge ben jor
y no ha sido lo mismo

debe ser la falta de calor

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