sábado, 24 de agosto de 2013

My new life in the U.S. (parte 2, Arrival in LA y buscando un hogar)

THE ARRIVAL

Uno de mis mayores peros cuando estaba entre Los Angeles y Melbourne era: Los Angeles. Sí, la ciudad en sí encuentro que es fea e inhóspita. No digamos que soy una experta en LA, sólo había estado una semana en el '99 y muy de paso en el '11. Pero eso hace que mis expectativas de la ciudad sean tan bajas, que en teoría cualquier cosa debería ser mejor.
Antes de llegar, la info que tenía del barrio de USC (la universidad en la que voy a estudiar), es que es un barrio brígido, peligroso, que hay que buscar piezas en la zona norte, que no me vaya a meter al sur de la universidad.
Bueno, con esos antecedentes obvio que no me iba a arriesgar a arrendar algo definitivo por internet, así que arrendé una pieza por 2 semanas a través de Airbnb, relativamente cerca (caminable).

Domingo11 de agosto, 2.30pm. Mucho calor. Voy llegando al barrio de la pieza en el shuttle (transfer) y el chofer me dice:
-¿Seguro qué es acá? este barrio no es de estudiantes de USC
- Sí, bueno, son como 35 minutos caminando pero es por dos semanas solamente- le respondo.
- Pero es que este barrio es malo- y mira hacia todos lados mientras baja mi maleta. -Por favor muévase de acá lo antes posible, este barrio no es para usted-.

"WELCOME TO LA, espero que los gringos sean tan exagerados como en mi prejuicio", pienso.

La casa de la pieza temporal que arrendé es fea, podría ser linda, pero está fea. Y está sucia, subo la escalera con las maletas, y en el camino está lleno de vellos corporales masculinos.
Voy al baño, y me quiero morir. Yo me conozco una infinidad de baños públicos, ni les cuento cuántos, pero éste, está dark. En verdad está asqueroso!!!!!!!!!!!! No voy a entrar en detalles profundos, pero necesito decir esto: dos veces ha estado tapado como baño de discotheque, y tiene unas manchas oscuras adheridas en las paredes interiores del water, que sí, son lo que se imaginan, y deben tener meses!!!!!!!!!

El barrio es feo, es un barrio de inmigrantes latinos (casi todos mexicanos) donde cada vez que camino me piropean más que los obreros de la construcción.  Al menos sube el ego, aunque con algunas miradas me siento ultrajada.

(vista desde la casa fea)

Hay otro chileno que viene llegando, Eduardo, que ha sido mi partner de inserción en el barrio y en los trámites de USC. Me junto con él y me hace un tour por el barrio. Más cerca de la U, siempre al norte, el barrio mejora. Hay un cuadrante patrullado por la uiversidad, y ahí el 90% de la población son estudiantes. Las casas están bien cuidadas y hay pasto.

Llegamos a USC y la universidad es linda, es muy pituca, hay fuentes de aguas por todos lados. Se nota que es una universidad con plata. Es como estar en otro barrio, ninguna relación con mi calle de latinos.




 (una de las bibliotecas y su pileta)

(el edificio de mi facultad)

Luego de recorrerla y asarnos por el fuerte sol, con Eduardo tomamos el metro hacia Long Beach. Long Beach está a 1 hora en el metro-tren y es un barrio bonito frente al mar. Allá nos esperaba mi primo chileno-gringo Hernán. Fuimos a su casa y su novia Marianne estaba preparando un BBQ coreano. Terminé el día ahí, evitando el barrio, la casa y el baño, siendo recibida con cariño por mis primos.

Cuando Hernán y Marianne me vinieron a dejar, mi primo sentenció:

-Esto es un ghetto-.

Y sí, por dos 2 semanas, realmente siento que he vivido en el ghetto.


LA BÚSQUEDA DE UN HOGAR

Buscar una casa en el barrio de USC fue una tarea difícil.
1, no tengo auto, la micro pasa cada media hora, por lo que no vale la pena esperarla, o sea hay que caminar
2, todo es caro
3, todo lo que puedo pagar es feo
4, todo la zona norte dentro de mi presupuesto está arrendada
5, casi toda la oferta disponible está en la zona oeste, que es donde mataron a 2 estudiantes chinos el año pasado
6, hace muuuuuuuuuuuucho calor

La primera semana me la pasé caminando bajo el sol, mirando piezas, casi todas en la zona oeste. Los avisos son todos de un sitio que se llama craiglist, que los gringos lo usan para todo.

El primer día de mirar casas fue el día de la amabilidad.
El segundo, el de los frikeos.

Parto por el segundo que es más corto.
9am me encuentro con el corredor de propiedades. La casa era para 15 personas, y lo siento, no estoy preparada para compartir una cocina con 14 personas, donde es imposible que sean todos limpios. Y qué pensar del baño, lo mismo.
Pero bueno, el corredor insistió en mostrarme más casas, y por cada casa que vi con él (3 en total), me ofreció invitarme a tomar desayuno o un café. El personaje tenía buena pinta, y yo creo que lo sabía, pero no era mi tipo. Y además fue tan surreal la situación de que me presionaba en que tomara la casa, para que nos fuéramos a tomar el café. Era obvio que el joteo era para que yo arrendara la pieza, no porque se interesara en mí, pero qué baja técnica!!!!! ¿será que hay mujeres que le arrienden porque creen que están pichando con él?????
Ese día vi puras casas horribles de la zona oeste, y una hasta era hedionda. Además me dejaron plantada más de un corredor, así que no hay nada más que contar.

Del primer día, todos fueron amables conmigo
Fui a la primera casa a las 4pm, la señora coreana que mostraba la casa llegó atrasada, la casa quedaba en una calle horrible, la casa era horrible y sin muebles.
Cuando salí pensé "si así son todas las piezas, me quiero morir".
Iba caminando achicharrada a la segunda casa y la señora coreana pasó en su auto grande (esos autos que se compran las mamás pudientes en Santiago) y me ofreció encaminarme. Primer gesto nice del día.
La segunda casa era de un indoinglés llamado Naveen. El tipo más buena onda de la vida, conversador, teatrero, tiene un huerto y me ofreció ayudarme a mejorar mi inglés. La casa linda, la pieza hermosa y quedaba en la zona norte (el barrio seguro).

Lo malo: es vegetariano y me dijo que en un par de meses yo iba a serlo (jamás, a mí me gusta la carne cruda, imposible ser veggie). No se puede pisar su living, porque la alformbra es cara. No acepta invitados adentro de la casa, hay que juntarse afuera incluso en invierno. Y si alguien me viene a ver de Chile o de otra parte de USA o de la esquina, sólo puede alojar en mi pieza si nadie nota su existencia. O sea tendría más reglas que en la casa de mis padres.

Lo realmente malo, para llegar a la pieza maravillosa y luminosa con muebles de todo mi gusto, tendría que pasar por la pieza de otra persona. Es como que una gran pieza la hubiera dividido en 2, donde se sienten hasta los suspiros. La privacidad es un bien valioso, y no quiero tener que ver a un desconocido en ropa interior (o menos) porque quiero llegar a mi pieza. O estar pidiendo permiso para pasar.

A pesar de eso, Naveen fue muy amable, y hasta me regaló un tomate de su cosecha, y también me ofreció llevarme a la siguiente casa.

La 3ra casa, es una casa victoriana que el dueño Roland acaba de restaurar. La casa me encantó, suelo de madera, cocina acogedora living, una pieza con un buen tamaño y luz. El dueño tiene miles de muebles viejos en el patio que pretende venderlos, así que yo podía escoger mis muebles. Su patio es como un pequeño pedazo de Franklin. Tiene un ático con un colchón donde pueden dormir visitas.
Lo malo, no está lista, le falta las conexiones del baño y la cocina. Está desordenada, llena de cachureos, porque aún están trabajando en ella.
Lo más malo, queda en la zona norte, pero dos cuadras más al norte de la "zona segura". Igual son dos cuadras cortas, y hay un bus de la universidad que pasa por la puerta de la casa. Y bueno, aún no hay ningún inquilino (la casa es para 3 personas, pero en este minuto sólo podrían vivir 2)
Yo que me considero visionaria, creo que tiene mucho potencial y va a ser hermosa, y como creo que los gringos exageran, esas dos cuadras fuera de la zona segura, no debieran importar tanto.
Además la universidad, después de la muerte de los chinos, ha reforzado la seguridad. Tiene un sistema de autos que te llevan a tu casa gratis después de las 9pm ( a mí esos autos me van a dejar a 2 cuadras de la casa) o de escort si te quedaste en la biblioteca hasta muy tarde, y los escort me llevarán hasta la misma puerta de la casa.

No les voy a dar la lata contándole de las otras casas, pero el tema es que Roland me llevó también en auto a la última casa de ese día. Y Anne, la dueña de la última casa, no quiso que caminara sola a las 9pm, porque es peligroso, así que también me llevó de vuelta al ghetto.

En resumen, los otros días caminé y caminé, me asé y achicharré,  hasta que finalmente decidí tomar la casa victoriana que no está lista.
Porque hay otras cosas positivas ligadas a la casa. Roland me llevó a un "ice cream social" el domingo pasado y ha sido muy amable. Siento que la casa es un hogar, a pesar de que seré la primera inquilina y de que dormiré sola varios días.
Eduardo vive en la cuadra de adelante, y así ya tengo vecinos. Todos en su casa ya me conocen, y el dueño, Philippe, me llevó en auto a comprar las sábanas para la cama.

Esta semana he tenido actividades en la universidad, aún no he conocido mucha gente, pero siento que salir del ghetto, va a hacer que todo sea más amable, incluso cuando sé que no puedo caminar sola después de las 9pm.
Llegó una amiga de Chile, la Marce, que estudia en UCLA (la competencia), y también eso me ha ayudado a sentirme mejor.

Porque después de las 3 semanas en NY, LA no es muy amable, y a ratos creo que es peor que lo que imaginaba. El no poder caminar por las calles libremente de noche, el no tener auto y que no hay suficiente transporte para suplirlo. Creo que LA sigue siendo inhóspita. Pero lo mismo pensaba de Sao Paulo hace 10 años, ciudad que ahora amo. Y hay gente que me ha dado alegrías en estos días en el ghetto.

Hoy sábado en la mañana, ya moví mis maletas, la pieza de la casa fea está vacía. Mi nueva casa aún no tiene el baño no esté listo, pero es mejor que el baño que me da asco.

Así que en este minuto, que estoy posteando esto, cierro el computador y dejo para siempre el ghetto.


pd: aún no tengo fotos de mi nueva casa, pero les dejo fotos del downtown. Fui a dar una vuelta de atardecer, a pesar de los peligros...


 (la línea que se ve en el suelo representa la falla sísmica que pasa por acá)

miércoles, 21 de agosto de 2013

My new life in the US (parte 1, New York City y los fulbrighters)

LA LLEGADA

Hace exactamente un mes, el domingo 21 de julio, aterricé en NYC con mis 3 maletas. Llegué un domingo un poco antes de las 9 am.
En el avión conocí a una uruguaya que me sirvió para compartir el taxi hasta Manhattan. Intercambiamos números, haríamos planes con mi nueva amiga, iríamos a unas galerías en Williamsburg. En verdad no la vi más, cada una se ahorró 30 dólares, y listo. Es que no tendría tiempo ni interés en juntarme con ella después de llegar al "Preacademic program" de 3 semanas al que la Fulbright me había mandado.
El primer día fui full turista, me junté con mi querida prima enana, la Jesu, y paseamos juntas desde el almuerzo hasta la noche. Visitamos el Hudson River Park, nos mojamos con los rociadores, nos sentamos en el pasto junto con todos los neoyorkinos tomando sol.
Fuimos a High Line Park, un "must" como dice la gente (término que a mí me parece un poco snob, pero bueno, de prejuicio, el exceso de amor por NY también lo encuentro snob).
Me enteré de High Line Park en una revista de viajes, y me di cuenta de que no todos los neoyorkinos han ido a caminarlo. Un kilómetro y medio de parque construido sobre una antigua línea de tren elevada que va sobre el barrio de Chelsea (en el Meatpacking district).
El calor y la brisa se mezclan caminando a la altura, sobre los autos. El parque es una galería de arte abierta, donde las esculturas se mezclan con la vegetación y con los graffitis y murales de las calles que lo cruzan, como del brasilero Kobra.




Puedes sacarte los zapatos y caminar por el pasto o mojar tus pies, en una zona donde el agua escurre para ello. Puedes sentarte en una de las reposeras y mirar las luces del atardecer....

High Line es un parque que me gustaría en una ciudad como la mía, y a todos los que vayan a NY se los recomiendo.
Terminamos ese día tomando el ferry a State Island, con las luces del atardecer contemplé la famosa gran manzana y su estatua que dice que todos somos libres...
Sólo en el primer día debo reconocer que la ciudad me encantó, y cada día de las 3 semanas que estuve ahí lo disfruté y fui intensamente feliz. Aún así, creo que Roma, Madrid, y obviamente Sao Paulo, me cautivan aún más. Y habría que ver cómo me recibiría NY en invierno, estación con la que no soy muy amiga. Pero de todas maneras quiero volver a NY en verano, su húmedo calor y su continuo movimiento.





LOS FULBRIGHTERS

Pero volviendo a mis tres semanas en NY, y no se preocupen que no me voy a explayar día a día tanto como en la llegada, mis 3 semanas en NY fueron tan especiales por todos los fulbrighters que conocí. Éramos de 26 naciones diferentes.
Siempre me ha gustado conocer gente, soy de la gente que se mete a cuanta actividad puede.
Y me gusta conocer gente distinta a mí, de mundos a los que sé que sería difícil llegar por mi cuenta.
Las 3 semanas en NYC se traducen en diversidad, aprendizaje, conocimiento.

Por primera vez conocí a gente de países lejanos como Afganistán, Iraq, Swazilandia, Congo, Nepal (sólo por nombrar algunos). Y de pronto ahí estábamos todos en la misma sala de clases, con diferentes miedos, pero todos partiendo esta aventura al mismo tiempo.
Para algunos el choque cultural con EEUU es mayor, nosotros los chilenos estamos más cerca y aunque obviamente las diferencias existen, hay cosas cotidianas que hacemos igual: tomamos el mismo tipo de desayuno, usamos el mismo tipo de ropa (las mujeres en Chile mostramos las piernas), salimos por la noche con los amigos.

El primer día de clases almorcé con dos compañeros. Uno de ellos había dejado a su familia (mujer y 2 hijos) en su país por dos años. La razón, EEUU no le da visa a los ciudadanos de algunos países, ni aunque estén casados. Y pasaban las horas y me daba cuenta de que más compañeros de los países que para mí son lejanos se habían venido a estudiar haciendo un enorme sacrificio familiar. Familias completas donde Skype es un principal forma de encuentro por los próximos dos años.
No tengo palabras para expresar lo que sentí esos días, al darme cuenta de que mis miedos eran mucho más llevaderos, y que mi soledad será menos fuerte que la de ellos.

El primer fin de semana un grupo de nosotros fuimos a Coney Island, para varios era la primera vez que veían el mar. Algunos de mis compañeros echaban talla de las mujeres en bikinis, que eso era lo mejor que podía tener una playa. Con nosotros iba la pequeña Reem, que no es tan pequeña, pero durante esas tres semanas muchas cosas fueron su primera vez. Ella es de Iraq, donde las mujeres no pueden andar solas por las calles, donde caen bombas muy seguido. Es cristiana, así que no se cubre el pelo, pero igual hay muchas normas que no tienen nada que ver con los cristianos de mi tierra.
Para mí ha sido uno de los mejores días de playa en los últimos tiempos.

Con algunos también fuimos por primera vez a un bar.... ya que para algunas culturas ir a un bar es malo. Ninguno cambió su esencia, ninguno de ellos tomó alcohol, no creo que un bar los vaya a corromper.
Yo creo firmemente en Dios, y me considero católica practicante, pero en algunas normas, las distintas iglesias no deberían ser tan castrantes, también la mía, no sólo las que para mí son diferentes y desconocidas.
Aprendí tanto de culturas distintas, estoy casi una experta en Ramadán y sé mucho más de la cultura musulmana en general.

Uno del grupo de amigos que me hice en el programa es de Marruecos. Es musulman, recién casado. A Khalil le podía preguntar todas mis dudas sobre las múltiples esposas.
Hay algunas diferencias que no creo que pueda entender tan fácilmente, no me puedo imaginar compartir un marido con otra mujer, pero tener la oportunidad de tener amigos de culturas tan distintas, reírnos con las mismas cosas, cada minuto compartido, me da la esperanza de que a pesar de la intolerancia que nos ronda, podemos llegar a convivir de mejor modo, especialmente en un país tan polarizado social y económicamente como Chile.

Una de las cosas que me impresionó de mi misma, es que me gustan las pieles oscuras, desde el mate al negro negro. Porque bueno, siempre he dicho que no soy racista, pero una cosa es decirlo y otra cosa es lo que en verdad sientes. Y como hay que ser políticamente correcto, nadie en su sano juicio va a decir que es racista. Pero sinceramente era un miedo que tenía. En Chile, unos más claros, otros más oscuros, somos todos del mate al clarito.
Me pasó que al par de hombres que he encontrado más guapos y atractivos son o de color mate verde olivo o de frentón negros. De repente un día me vi contemplando un brazo oscuro como la noche, estaba maravillada por el color que es tan distinto al mío. Un brazo con una piel tersa, que cuando me di cuenta de que estaba pegada mirándolo, me dio vergüenza. Me sentí taaaaaaaaaaaaannnnnn huasa, ahora yo era la que veía el mar por primera vez.
Mi mamá siempre ha dicho que yo le voy a dar nietos mulatitos, no sé si eso llegue a pasar algún día, pero al menos sé que podría ser posible. Y definitivamente, me gustan los rostros con ojeras de los países árabes.

Lo mejor de las 3 semanas fue esto, el regalo enorme de ampliar mis limitados horizontes y conocer a todas estas personas que están empezando lo mismo que yo....





pd: aunque no tiene nada que ver con todo lo escrito arriba, en NYC tuve mi primera experiencia con famosos de Hollywood, mi cuñado Jonathan me llevó a un barcito, donde al mismo tiempo estaban Javier Bardem y Owen Wilson.